viernes, 5 de julio de 2013

El aburrimiento: un obstáculo para adelgazar.

Estar aburrido o “no tener nada que hacer” son obstáculos notorios que se presentan en el camino cuando la meta es adelgazar. Muchas personas me cuentan que los momentos en que más se descontrolan con la comida son los domingos a la tarde, cuando se quedan en casa, o las noches durante la semana, después de acostar a los chicos, o la “hora de la picada”, mientras esperan la cena con el televisor encendido…
Aburrimiento
El factor común en estas situaciones es tener un cierto tiempo libre para relajarse, descansar, compartir con la familia, la pareja o los amigos…, pero se asocia también con la comida en exceso.

¿Cómo encontrar una alternativa? La solución depende de las circunstancias de cada persona, pero algo es seguro: existe. Es cuestión de encontrar un enfoque apropiado y práctico que haga visibles las dificultades y permita buscar la salida.

Descubra qué lo motiva. 

¿Cuáles son sus intereses? Algunos prueban realizar tareas nuevas y motivantes, otros se animan con hobbies impensados, hay quienes incursionan en el arte, los deportes o en actividades físicas diversas. Recuerdo a Karina, una paciente que comenzó a estudiar inglés y ahora intercambia mails con extranjeros. Rodrigo, un adolescente, se ofreció como voluntario en un programa social para niños. Marcos, participante de un grupo, ayudó a pintar la escuela de sus hijos; Valeria, con 40 años, hizo un curso y empezó a diseñar bijouterie; Marta, de 65, empezó a tomar clases de computación con su nieto.
Poner energía mental y física al servicio de actividades placenteras y/o útiles puede renovarnos y desplazar nuestro interés del comer por aburrimiento. Hay mucho que hacer en el mundo, en nuestro pequeño círculo de influencia, y en nuestra propia persona: lo único que necesitamos es comenzar a hacerlo.
Observe a los niños: suelen estar ávidos por hacer, jugar y disfrutar de la vida. Encuentre a su “niño interno” o su lado “creativo”, fuente de energía en el camino del adelgazamiento. Niéguese a que el aburrimiento o la falta de metas estropeen su vida y su adelgazamiento.

Diga sí, en vez de sí, pero…

El “sí, pero…” es amigo del aburrimiento. Generalmente viene seguido de una excusa, más o menos ingeniosa: “haría ejercicio pero estoy cansada”, “cocinaría algo light pero no tengo nada apropiado en la heladera”, “empezaría gimnasia, pero ya estamos en octubre…”. Note que todo lo que se dice después del “pero” invalida el “sí”… En realidad, “sí, pero…” significa “sí, pero no es tan fácil”. Y es verdad: vivir no es fácil, nadie dijo que lo fuera. Sí decimos que hay mucho por hacer para superar las dificultades del camino.
La senda es de usted; no tiene que copiar a nadie. Dibuje su propio modo de salir del aburrimiento y renovar el sentido de su vida. Recuerde que la acción neutraliza el aburrimiento.
Evalúe sus motivaciones, repase sus recursos, elija, cambie y ¡actúe!

Cómo vencer al sí, pero…

  • Cuando se descubra pensando “Estoy aburrido, ¿qué puedo comer?”, deténgase y cambie por “Estoy aburrido, ¿qué puedo hacer?”. ¡Y hágalo!
  • La responsabilidad de su aburrimiento es de usted. Usted es el que está aburrido, y usted es quien tiene que hacer algo positivo y práctico (menos comer) para sentirse mejor.
  • Si la comida es “el único placer en su vida”, busque otros placeres (¡le aseguro que los hay!) y cambie su vida de a poco.
  • Pregunte a otros por sus intereses en la vida, busque ideas diferentes, inspírese para no jugar el juego de “sí, pero…”.
  • Anote por lo menos cinco ideas de nuevos intereses (no importa que ahora no pueda comenzar a practicarlos: entrene su imaginación).
  • Seleccione aquellas ideas que sí le resulten factibles. Asígneles un plazo para ponerlas en práctica (por ejemplo, en dos semanas).
  • Planifique las acciones que necesita hacer para llevar estos intereses a la práctica.
  • Cumpla con el plan.

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